La globalización ha creado un gran número de oportunidades, especialmente en el comercio, la investigación y el desarrollo, y también en los idiomas. Sin embargo, a medida que más y más personas de todo el mundo necesitan hablar el inglés (Seidlhofer, 2013), para ser parte de la vida comercial y la vida personal, ser monolingüe se está convirtiendo en un nicho, mientras que hablar varios idiomas se está volviendo en lo estándar (Poggensee, 2019). Pero, ¿qué significa esto para las personas que poseen un acento en otras lenguas?
Un acento es una forma de hablar formada por la combinación de su geografía, clase social, educación, etnia y también por su propio repertorio lingüístico, lo que puede influir en las reglas de los sonidos que se usan para hablar en una lengua que se está aprendiendo y que no es parte de este repertorio. Por lo tanto, haciendo que el hablante suene extranjero para los hablantes nativos, por consiguiente lo llamamos “un acento extranjero”.
Las características propias al hablar que crean una variación acentual se llaman variables sociofonéticas, incluida la forma en que producimos vocales y consonantes y también las diferencias en acentuación, ritmo, entonación y la calidad de la voz (Foulkes & Docherty, 2006).
Todos tenemos diferentes acentos y no existe un acento perfecto, neutro o un lenguaje sin acento. Los acentos llevan consigo identidad (Derwing & Munro, 2009) y también una señal de que este hablante es políglota, lo que es una gran señal de valentía. Es de valientes dejar el territorio conocido y navegar en aguas desconocidas, también lo es aprender un idioma completamente nuevo. Las razones por las cuales uno aprende un idioma nuevo pueden ser las siguientes: estar motivado por viajes, por amor o trabajo.
Sin embargo, por razones innecesarias, aprender un nuevo idioma significa superar la ansiedad social de cometer errores, sentirse vulnerable y todavía tratar de navegar con confianza en una nueva habilidad y superar situaciones estresantes en las que aún no se comprende completamente el contexto lingüístico. No obstante, una vez que todo esto se supera con trabajo duro, fuerza y confianza, habrás ganado un nuevo idioma que te permitirá acceder a una nueva cultura, nuevos negocios, nuevos lugares, una nueva identidad que este idioma representa para ti y, por supuesto, te acercará a más personas con las que antes no podías hablar directamente.
Aunque poseer un acento involucra todo lo mencionado anteriormente, hay un énfasis en poder hablar sin acentos y lo más cerca posible de la versión estandarizada del idioma que se está aprendiendo (Mahdi, 2019). Este proceso se llama “reducción de acento”. Sin embargo, este término ha quedado obsoleto, ya que es prejuicioso lingüísticamente porque implica que un acento debe ser reducido o reemplazado. La ideología de cambiar un acento también puede estar más profundamente arraigada en la población general.
Existe un consenso de que los acentos que suenan extranjeros y que no siguen la fonología típica son juzgados como si estuviesen estrechamente ligados al estatus social. Esto se ve de manera infame en la investigación de Labov (1996) en Nueva York con la /R/ rótica, que fue juzgada equivocadamente en Nueva York en una investigación de percepción. Los resultados de Labov (1996) han sido imitados por muchos estudios sociolingüísticos que confirman el juicio, el acoso e incluso la estigmatización de quienes han percibido acentos “extranjeros” (Dixon, Mahoney & Cocks, 2002; Cantone et al., 2019). Además, nuestro acento representa la forma en cómo nos expresamos como individuos; nos ayuda a manifestar nuestra identidad. También nos ayuda a distinguir a un hablante de un idioma de otro; tratar de borrar la identidad de uno significa tratar de borrar la voz de alguien (Derwing & Munro, 2009).
Aunque, con la ayuda de un entrenador de dialectos o un patólogo del habla, es posible que puedas “suavizar” tu acento, es imposible borrar tu estructura lingüística y tu repertorio fonológico anterior, lo que influye en el idioma nuevo que estás aprendiendo. Esto es porque muchas de estas variables sociofonéticas, por mucho, solo se pueden controlar de forma limitada. Los hablantes tienen poco control sobre las características determinadas biológicamente y, por lo tanto, no podemos esperar que se produzcan reducciones como la eliminación del acento (Mennen, Schaeffler y Docherty, 2012). Asimismo, en lo que respecta a la terminología “acento extranjero”, tal vez continuar con el uso de “extranjero”, refiriéndose a algo extraño, está también alimentando al juicio de quienes tienen un acento, quizás algo más apropiado y sin prejuicios sería utilizar el término un “acento alternativo.”
Mientras celebramos la variación lingüística, es esencial tener en cuenta que aunque los acentos son hermosos, lo más importante es que el usuario del lenguaje transmita su mensaje con claridad a pesar del acento. Es posible que tenga un acento fuerte, pero aun así, el mensaje puede transmitirse. Si el acento impide que su mensaje principal llegue a su interlocutor, la claridad garantizará menos faltas de comunicación y la capacidad de comunicarse correctamente en amistades y relaciones, y también con socios comerciales.
Por lo tanto, el enfoque no debe estar en reducir el acento, sino en obtener claridad manteniendo su identidad lingüística. En cualquier caso, a medida que más y más personas comienzan a aprender nuevos idiomas, nos convertimos en mejores oyentes, escuchamos muchos más acentos y, en consecuencia, nos volvemos más eficientes en los patrones fonológicos alterados.
Incluso si tienes un marcado acento, ¡puedes contribuir en más de una manera!
HABLA CONSTRUYE CONTRIBUYE
Fuentes utilizadas:
Cantone, J. A., Martinez, L. N., Willis-Esqueda, C., & Miller, T. (2019). Sounding guilty: How accent bias affects juror judgments of culpability. Journal of Ethnicity in Criminal Justice, 17(3), 228-253. doi:10.1080/15377938.2019.1623963
Derwing, T. M., & Munro, M. J. (2009). Putting accent in its place: Rethinking obstacles to communication. Language Teaching, 42(4), 476-490.
Dixon, J. A., Mahoney, B., & Cocks, R. (2002). Accents of Guilt?:Effects of Regional Accent, Race, and Crime Type on Attributions of Guilt. Journal of Language and Social Psychology, 21(2), 162-168. doi:10.1177/02627×02021002004
Foulkes, P., & Docherty, G. (2006). The social life of phonetics and phonology. Journal of Phonetics, 34(4), 409-438.
Mahdi, Rahimian (2018). Accent, intelligibility, and identity in international teaching assistants and internationally-educated instructors (PhD thesis). University of Manitoba. hdl:1993/33028
Mennen, I., Schaeffler, F., & Dickie, C. (2014). Second language acquisition of pitch range in German learners of English. Studies in Second Language Acquisition, 36(2), 303-329. doi:10.1017/S0272263114000023
Labov, W., (1966). The Social Stratification of English in New York City. Washington: Center for Applied Linguistics.
Poggensee, Anna, “The effects of globalization on English language learning: Perspectives from Senegal and the United States” (2016). Honors Theses. 2719. https://scholarworks.wmich.edu/honors_theses/2719
Seidlhofer, Barbara (2013). Understanding English as a Lingua Franca – Oxford Applied Linguistics. Oxford University Press