¿Alguna vez te has sentido abrumado o abrumada al hablar un idioma extranjero? Tal vez en el pasado utilizaste muchas “apps” o incluso ahora lo sigues estudiando por muchos años.
Si te has sentido así, no te preocupes. No eres el o la única. Desafortunadamente, es una situación común entre los aprendices de idiomas.
Empecemos aclarando dos cosas. La primera, no existe una varita mágica para hablar mejor y más rápidamente. La segunda es que existen dos áreas diferentes del habla, la primera es la “Producción Hablada” y la segunda es “la Interacción Hablada”. Así que, como dijimos antes, no hay forma correcta e incorrecta. No obstante, es muy fácil frustrarse cuando practicamos intensamente la producción hablada con la expectativa de mejorar la interacción hablada.
La Producción Hablada se enfoca en un discurso monológico, el cual enfatiza a una persona que conceptualiza una idea, construyendo esta con los elementos del idioma meta y produciendo nuevos sonidos. Ejemplos de esta área del habla son la práctica de la pronunciación, la repetición oral, la presentación oral o la narración.
La Interacción Hablada, por otro lado, se centra en el discurso dialógico, y su énfasis recae en fomentar la capacidad del aprendiz para comunicarse y expresar experiencias, emociones y opiniones basadas en las respuestas de otra persona. En efecto, incluye el área de la producción hablada, pero añade el elemento de reacción. Esta área contiene diálogos, juegos de roles, debates, entrevistas, citas rápidas, videollamadas o llamadas telefónicas, debates y reuniones.
¡Queremos que mejores! ¡Queremos que hables con valentía en inglés, español, alemán o cualquiera que sea el idioma que estés aprendiendo!
Practicar el hablar en un nuevo idioma es como tocar un instrumento musical. “No es hasta que cuando uno comienza a usar dicho instrumento que finalmente uno produce los sonidos”.
Los grupos de chat o foro y ver películas son muy buenas herramientas. Sin embargo, al practicar de esta manera, no estás moviendo los músculos de la lengua, los labios, la mandíbula, las mejillas y la garganta. En ese caso, lo que estás practicando es una habilidad lingüística diferente, como escribir, escuchar o leer.
Por otro lado, si usas tu musculatura facial pero no conversas con otra persona, solo estás practicando la producción hablada. En otras palabras, tienes que hablar y, al mismo tiempo, interactuar oralmente con otras personas para mejorar tu forma de hablar fluidamente.
Muchos aprendices de idiomas buscan oportunidades para practicar el habla, pero tienen dificultades con ellas. Así que veamos algunas ideas sobre cómo poder practicar cada una.
Practica la producción hablada
#1 Lee y comparte tus opiniones en voz alta:
Busca libros, revistas o artículos digitales o impresos sobre un tema que te interese. Luego, léelos en voz alta y haz pausas para compartir tus opiniones e ideas.
#2 Comienza a escribir un diario:
Dedica algún tiempo cada día a escribir y narrar en voz alta cómo estuvo tu día y tus planes para el día siguiente. También puedes usarlo para expresar tus ideas, sueños y gratitud.
#3 Imita a los demás:
Escucha una canción, un podcast o un video que disfrutes y repite lo dicho. Puedes hacer una pausa y luego repetir o tratar de imitar cómo las personas hablan inmediatamente en dicho material. Intenta imitar el tono y entonación.
#4 Canta:
¡No importa si tienes una gran voz o no! Lo importante es que cantar es una de las mejores maneras para adquirir vocabulario y aprender a pronunciar mejor las palabras. Puedes comenzar con videos de karaoke o videos en las redes sociales con o sin la letra de las canciones.
Practica la interacción hablada
Viajes: Visita un país donde hablen tu idioma meta. Puedes aprender el idioma interactuando con hablantes nativos y otros aprendices de idiomas. Mientras pases la mayor parte del tiempo en el idioma meta, vive la cultura y experimenta los estilos de vida de dicho lugar.
#1 Encuentra un(a) compañero(a) del idioma:
Conversa con un(a) hablante nativo(a) u otro aprendiz del idioma en línea y/o fuera de línea. Fijen una hora para practicar y elijan un tema de discusión. Incluso pueden hacer planes, establecer metas de aprendizaje juntos y ayudarse mutuamente en los idiomas que ambos estén aprendiendo.
Estudiar con alguien puede fortalecer tus conocimientos cuando sigas avanzando con tus estudios. Puedes aprender diferentes métodos de análisis de información. Estudiar con una persona, colega o con tus compañeros de clase/grupo es sin duda una buena práctica.
De hecho, en un estudio de investigación sobre Study Buddy Support (Thalluri et al., 2014), dio como resultado que el 72% de los estudiantes que tenían compañeros de estudio, aprobó un examen. Mientras que solamente el 49% de los estudiantes que no tenían compañeros de estudio, lo hizo.
#2 Encuentra una reunión de idiomas:
Puedes unirte a grupos presenciales y/o virtuales donde hablar en un idioma meta es el objetivo principal. Algunos tienen un tema para discutir, otros lo determinan en ese mismo momento, y algunos distribuyen a los participantes en salas más pequeñas para tener más oportunidades de hablar.
#3 Únete a una reunión de Verbal Bridges:
Aprenda de día o de noche y “sumérgete” en cualquier momento. Programa una o varias reuniones que se ajusten a tu recargada agenda y practica conversaciones significativas tanto como desees. Cada reunión y ruta de aprendizaje que elijas está diseñada de tal manera que contiene todo lo que necesitas para interactuar en base a un tema específico, ya que queremos que experimentes una práctica real. Además, las salas principales se dividen en grupos más pequeños de 2 o 3 participantes, por lo que hay mucho tiempo para que los participantes interactúen. Además, podrás ver tu progreso ya que el tiempo total de habla es mostrado al final de cada sesión. Dicho esto, con cada reunión a la que te participes, estarás más cerca de conseguir hablar el idioma. Es posible que desees unirte a una reunión todos los días, o tal vez una cada dos, o tal vez incluso unirse solo una vez a la semana si tienes poco tiempo. Cualquiera que sea la escala de tiempo que elijas para trabajar, lo importante es que interactúes en el idioma meta.
Ya sea que sean 20 minutos al día o 2 horas todos los fines de semana, crea un espacio para practicar tus habilidades en el habla del idioma y luego sigue participando y avanzando poco a poco. Cambia las aplicaciones de juegos de gramática y los libros de texto por la práctica real en el habla del idioma y antes de que te des cuenta… ¡estarás hablando con valentía!
Fuentes utilizadas:
Thalluri, J., O’Flaherty, J. A. y Shepherd, P. L. (2014). Classmate peer-coaching: “A Study Buddy Support scheme”. “The journal of Peer Learning, 7.
HABLA CONSTRUYE CONTRIBUYE